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La gastronomía exótica es uno de los grandes atractivos de viajar. Probar nuevos platos y sabores nos ayuda a adentrarnos en la cultura local y conocer más a fondo los lugares que visitamos.
Comer lo que ellos comen nos hace entender por qué los destinos exóticos que visitamos son como son. Por supuesto, también en nuestros países de origen hay elementos considerados exóticos para los extranjeros.
En este artículo hemos recopilado los platos más raros y sorprendentes que podrás encontrar a lo largo de tus viajes por el mundo. Algunos los podrás encontrar hasta en hoteles con restaurante Estrella Michelin, mientras que otros serán más habituales en puestos callejeros.
Balut (Filipinas, Vietnam y Camboya)
No podíamos empezar por otro plato que no fuera el balut. Se trata de una delicia típica de Filipinas, aunque también lo podemos encontrar en Vietnam y Camboya. Con suerte, también lo veremos en China, aunque es bastante menos común.
Se trata de un huevo fertilizado de pato. Es decir, un huevo que tiene el feto del pequeño pato ya formado, pero antes de que comience a desarrollar plumas y huesecillos. Cuando ya llevan un tiempo de incubación, se sacan y se hierven.
Lo normal es acompañarlo de cerveza y se aliñan con sal y con una mezcla avinagrada similar al ceviche, especialmente en Filipinas. El sabor recuerda a las mollejas de cordero y al hígado, mezclado con el propio sabor del huevo. Además, se bebe el líquido del huevo, que sabe como un caldo de carne muy suave. Este plato destaca por su alto contenido en proteínas.
En Filipinas es donde es más popular, habiendo saltado de los puestos callejeros a la alta cocina. En este caso, en vez de manera tradicional, de forma más moderna como dentro de hojaldres, en tortillas francesas, en tacos, etc… Cada vez hay más versiones y puede que estas opciones contemporáneas sean más sencillas para los foráneos que tomar directamente del huevo.
Chapulines (México)
Pasamos al mundo de los insectos viajando a México, donde podemos encontrar varios tipos de insectos comestibles. Uno de los más interesantes si hablamos de gastronomía exótica son los chapulines.
En este caso, hablamos de un tipo de saltamontes muy habitual en el estado de Oaxaca y de Puebla. Se trata de un bocado muy crujiente, que se adoba con especies como el chile para darle un toque picante. También es posible comerlos guisados con ajo, limón y cebolla si queremos algo menos fuerte.
La manera más habitual de encontrar los chapulines es dentro de un taco o un quesadilla. Al no verlos directamente, solo notar su textura crujiente, es una manera muy bien de iniciarse en el consumo de insectos.
Con un alto contenido en proteínas, cero grasas y varias vitaminas, se trata de un alimento muy completo, que sigue las últimas recomendaciones de la ONU que apuesta por el consumo de este tipo de insectos para frenar el cambio climático.
Además de los tacos y quesadillas, si nos atrevemos también los podemos tomar como snacks.
Hákarl (Islandia y Groenlandia)
El hákarl es otro plato exótico no apto para todos los paladares. En este caso, si que tenemos que avisar que el sabor suele resultar muy desagradable. Solo las personas locales, que están acostumbradas a su sabor y su olor desde pequeños, lo consideran un bocado sabroso.
Se trata de unos cuadraditos de carne de tiburón que se deja fermentar durante varios meses. El problema es que la fermentación le deja un fuerte olor a amoniaco. Tiene sentido a nivel histórico porque les permitía tener carne durante el invierno, cuando las condiciones climáticas no hacían posible salir a faenar o no había qué pescar.
Hoy en día se sigue comiendo como tradición pero ya no es algo necesario, ya que tienen pescado fresco todo el año.
Se trata de uno de esos bocados que puede ser interesante probar para saber lo que son, pero que probablemente luego no quieras volver a repetir. Aún así, probarlo es una experiencia que te traslada a esa época en la que vivir en Islandia o Groenlandia era estar completamente aislado y tener que sobrevivir cómo fuera, incluso comiendo carne fermentada de tiburón.
Sannakji (Corea del Sur)
Seguro que has oído hablar alguna vez de los pulpitos crudos que toman en Corea del Sur. En realidad, el nombre de esta comida es sannakji y, comida como se debe, es menos peligrosa de lo que aparente.
Estos pulpitos no se comen enteros, sino que se cortan mientras aún están vivos y se sazonan. También se le pone un poco de aceite para que esté más lubricado y no se pegue al paladar. Entonces, se coge una de sus patas, que aún se mueven y se comen.
La leyenda dice que te puedes ahogar si te lo tragas directamente, debido al movimiento de las patas cuando llega a tu garganta. Sin embargo, el mayor peligro que suele tener es que te atragantes porque no esté bien lubricado. En la práctica, antes de tragar el animal hay que masticar cuidadosamente.
Una vez que esté bien masticado y sin movimiento ninguno es cuando se puede tragar sin peligro. Al final no es tan diferente del calamar o el pulpo crudo que podemos comer en el sushi, pero con la típica condimentación un poco picante de la comida coreana.
A diferencia del plato anterior, este sí que suele gustar a todo el que lo prueba.
Haggis (Escocia)
Si somos amantes de la casquería, el haggis de Escocia nos va a parecer una delicia. Por el contrario, si no nos gustan muchos estos sabores intensos mejor que no lo probemos.
El haggis es el plato nacional de Escocia y es tradición comerlo en la noche del 25 de enero, en la llamada cena de Burns, donde se conmemora al poeta escocés Robert Burns, que escribió un poema a este plato tradicionalmente de pobres pero que en la actualidad se ha extendido por todo el país.
Se trata de una mezcla de harina de avena, cebollas, especias, pulmón, estómago, hígado y corazón de oveja o cordero, que se cuece dentro de su estómago durante varias horas. Se acompaña de puré de patatas y apionabo, y su sabor es muy intenso.
Como pasa con el chorizo o el salchichón en España, aunque la receta original utiliza estómago de oveja o cordero para cocerlo, en la actualidad hay más opciones con tripa sintética. De hecho, podemos encontrar haggis en la sección de embutidos de cualquier supermercado escocés.
Akutaq (Alaska)
Si vamos a Alaska, un plato que te va a sorprender es el Akutaq, también conocido como el helado de los esquimales. Aquí estamos hablando de gastronomía exótica, así que no te esperes un helado tradicional.
Por el contrario, estamos ante una mezcla que puede combinar pescado, carne y bayas silvestres, al menos en su versión más tradicional. Desde hace unos años, hay una versión más moderna que utiliza aceite de palma, importado por la empresa Crisco.
Sin embargo, la versión original utiliza la grasa de alce, foca, reno o caribú. Esta grasa se mezcla con frutos del bosque como arándanos rojos y azules, moras, camarinas o frambuesas. Las versiones con carne incluyen carne de caribú, mientras que las de pescado suelen usar salmón.
Aunque la receta tradicional no lo incluye, actualmente también suele llevar azúcar. Para los habitantes tradicionales de Alaska, se trataba de una manera de conservar los alimentos, similar a la que tenemos en España con nuestras conservas o el lomo en manteca.
Sin embargo, la mezcla se tomaba fría, lo cuál no deja de ser sorprendente teniendo en cuenta las temperaturas habituales en Alaska. Se trata de un plato sorprendente, apto para cualquier paladar, por lo que no puedes dejar de probarlo si vas a Alaska.
Quizá las opciones con carne o pescado sean más exóticas, pero si probamos una con solo frutos del bosque seguro que nos encanta. Tradicionalmente, se tomaba en fiestas y ceremonias y rechazarla era síntoma de mala suerte y educación. Así que ya sabes, si te ofrecen, acéptalo y aunque sea toma una cucharadita.
Tarántulas fritas (Camboya)
¿Te atreves a probar una tarántula? Probablemente después de comer las famosas tarántulas fritas de Camboya, estos arácnidos dejen de darte tanto miedo.
En este caso, no hablamos de una comida tradicional, sino que, por el contrario, es un alimento muy reciente, se cree que de los años 90 debido a la hambruna que sufrió el país. Curiosamente, ahora se considera una delicia y es mucho más caro que otros insectos como gusanos o saltamontes.
Habitual en los mercados de Camboya, se comen fritas en forma de brochetas. Antes se aliñan con ajo y especies para hacerlas aún más sabrosas. Las tarántulas fritas se dividen en tres partes, las patas, que deben quedar muy crujientes, el cuerpo, con una carne blanquecina y un sabor entre el pollo y el bacalao y el abdomen, más amargo y no apto para todos los gustos, ya que es la zona donde se encuentran los órganos del animal.
Aunque las tarántulas son venenosas vivas, no lo son cuando están cocinadas. Por ello, se ha convertido en una manera de aprovecharlas y convertirlas en algo positivo, una delicia que probar si pasas por Camboya.
Hormigas culonas (Colombia)
Aunque hormigas se comen en muchos países de Asia, las hormigas culonas están consideradas una verdadera delicia. En realidad, solo se comen las hembras, con un abdomen muy abultado donde están los huevos, que es lo que le hace recibir esta denominación.
Se dice que tienen un sabor parecido a las nueces y que se comen como cacahuetes, con una textura similar a las palomitas de maíz. También es muy habitual que se hagan salsas con ellas, especialmente de carne.
Para cocinarlas deben estar vivas o congeladas, ya que con el tiempo su sabor se agria. Se salan y se pasan por la sartén. Se trata de otro plato apto para cualquier paladar, siempre y cuando pasemos la primera impresión de llevarnos una hormiga a la boca.
Durian (Indonesia, Tailandia, Malasia y Singapur)
En esta lista de gastronomía exótica también debemos añadir una fruta. En este caso una de las más famosas por su rico sabor y su desagradable olor: el durian.
El olor de esta fruta es tan apestoso que incluso está prohibido llevarlo en el transporte público en varios países. En los mercados del Sudeste Asiático, los puestos de durian se colocan en el exterior, para que el olor no empañe el resto de productos.
Aunque el olor sea muy desagradable, el sabor está considerado una delicia y se utiliza tanto en platos dulces como salados. Este fruto espinoso en el exterior huele incluso cerrado y una vez abierto descubrimos la consistencia de un aguacate maduro, aunque el sabor no tenga nada que ver.
Los expertos definen el sabor del durian como algo a medio camino entre el queso, las almendras, el ajo y el caramelo. Se come crudo pero también en todo tipo de elaboraciones, especialmente en helado. Tápate la nariz y luego saboréalo, te sorprenderá que algo de tan mal olor pueda saber tan rico.
Caracoles (España, Francia e Italia)
Acabamos con los caracoles para entender que esto de la gastronomía exótica es algo cultural. Los caracoles son muy habituales en la cocina mediterránea occidental, especialmente en España, Francia e Italia, pero en otras regiones del globo se ve como algo muy exótico e incluso desagradable.
En España la forma más habitual de comerlos es cocidos en una salsa con diferentes especias o en tomate, aunque antes hay que lavarlos bien. También forma parte del plato nacional, la paella, y en zonas como Cataluña se comen también a la brasa.
De cualquier forma, son una delicia que si aún no has probado, tienes que probar.
Si quieres probar gastronomía exótica de todos los rincones del mundo, déjanos prepararte un viaje a tu medida.