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Si te has preguntado alguna vez cómo reducir la huella de carbono en tus viajes has llegado al lugar adecuado. En este artículo te vamos a contar las diferentes opciones a tu disposición para viajar de una manera más sostenible, respetando el medio ambiente y poniendo nuestro granito de arena frente a la emergencia climática.
Cada vez más personas están concienciadas con la necesidad de viajar de otra manera. La época del turismo low cost tiene que llegar a su fin y la industria turística necesita reinventarse para seguir existiendo.
El turismo low cost, de hecho, se está agotando no solo por la concienciación y la problemática climática, sino también por los precios cada vez más elevados, producto de la coyuntura internacional.
Además, la propia experiencia turística que propone, con masificaciones y una experiencia globalizada, unificada y de poco valor añadido, está de capa caída.
Ahora se busca viajar de manera más inteligente. De la mano de programas de viajes sostenibles, aprovechando los mejores destinos de ecoturismo, alojándose en ecolodges y, en definitiva, haciendo de la experiencia de viajar algo enriquecedor que, además, nos permita dormir con la conciencia tranquila.
Para ello, también es fundamental reducir la huella de carbono. En este artículo, te daremos varias claves para que lo consigas en tu próxima escapada.
Reducir la huella de carbono en el transporte
A la hora de reducir la huella de carbono el transporte es lo primero en lo que pensamos. Lo primero es pensar qué alternativas tenemos para llegar a un lugar. Por ejemplo, para viajes internos dentro de cualquier país europeo, suele haber muchas opciones de trenes o, en su defecto, autobuses, que a cambio de algo más de tiempo, suponen un ahorro de CO2 considerable.
A la hora de hacer desplazamientos urbanos, también podemos optar por métodos de transporte público como metro, tranvía o autobús. En muchas ciudades, especialmente en Europa, hay flotas de autobuses eléctricos que funcionan con energía limpia.
La otra cara de la moneda es reducir el uso de taxis o empresas tipo Uber o Cabify. Aunque en algunos casos también hay flotas eléctricas, que serían la mejor opción, un transporte colectivo supone siempre un menor consumo de combustible por persona y una menor huella de carbono.
También reducir el uso de nuestro propio vehículo si hay una alternativa de transporte público.
Además, tampoco hay que descartar transportes que no requieren combustible. Las bicicletas, por ejemplo, si vamos a un destino preparado para ello, pueden ser una manera excelente de conocer ciudades como Sevilla, Ferrara o Ámsterdam o yacimientos arqueológicos como Polonnaruwa en Sri Lanka.
Reducir la huella de carbono en los vuelos
Los vuelos de avión son otros de los grandes emisores de CO2 a la atmósfera. Sin embargo, en muchas ocasiones no hay otra forma de llegar al destino. Si, por ejemplo, queremos hacer turismo sostenible en África, no tendremos más alternativa que tomar un vuelo.
Incluso, dentro de nuestro destino africano, es probable que necesitemos coger una avioneta para desplazamientos internos. Que no haya carreteras, por ejemplo, puede pasar en un destino de safaris o en destinos nórdicos como Groenlandia.
Aun así, hay formas de reducir nuestra huella de carbono al tomar vuelos. Lo más conocido son los programas de compensación de emisiones. Estos programas, que a día de hoy, tienen casi todas las aerolíneas, te permiten pagar un pequeño extra para un programa medioambiental.
Estos programas cubrirían el porcentaje de CO2 que emitiría tu viaje. Es decir, se divide entre el número de pasajeros el CO2 que se emite en el vuelo y se participa en un programa que neutraliza esa cantidad exacta de C02.
Si bien esto se puede hacer en vuelos transatlánticos, por ejemplo, si tenemos que tomar una avioneta entre dos islas de Maldivas o para atravesar la sabana, probablemente no tengamos la opción, por lo que habrá que hacer la compensación de forma externa. Hoy día se puede a hacer a través de nuestra agencia de viajes o por medio de una ONG.
Por otra parte, viajar con poco equipaje es otro truco que nos puede ayudar. Cuánto más peso lleve el avión más CO2 emitirá, así que si hacemos la maleta de forma inteligente y no llevamos peso de más, también estaremos poniendo nuestro granito de arena.
Reducir la huella en el alojamiento
El alojamiento es también fundamental. Últimamente, se ha puesto de moda el concepto de lujo sostenible para describir a estos alojamientos que son responsables medioambientalmente sin renunciar ni a un ápice de comodidad.
Aunque no todos están certificados, muchos de ellos sí lo están y eso nos garantiza que hemos elegido bien dónde quedarnos. En estos casos, todo se tiene en cuenta. Desde que la propia edificación tenga una eficiencia energética elevada al uso de materiales naturales o productos de proximidad para el mobiliario y la decoración.
Por supuesto, también se tiene en cuenta las fuentes de energía. Especialmente en países tropicales por motivos obvios, cada vez es más habitual encontrar hoteles que funcionan al 100% con energía solar (con opciones energéticas de emergencia, claro). La mayor parte de ecodestinos utilizan energía 100% sostenible y son alojamientos libres de plásticos.
Además, hay que considerar nuestra propia responsabilidad, no pidiendo cambios de toallas o sábanas cuando no es necesario, ya que la energía de lavadoras, secadoras, etc, también expulsa CO2.
Para fomentar la responsabilidad del huésped, por ejemplo, en Japón es habitual en alojamientos sostenibles que te regalen una copa en el bar del hotel por cada día que no cambias las sábanas. Así es un win win, ayudas al medio ambiente, pero también tienes una pequeña recompensa.
Una pequeña fórmula de ir cambiando patrones de conducta adquiridos que no tienen mucho sentido, porque nadie en su casa cambia las sábanas y las toallas a diario.
Come local
La comida también es muy importante en los viajes sostenibles. Mucho de lo que comemos es poco sostenible, especialmente si son alimentos que no son de proximidad o de kilómetro cero.
Muchos lugares turísticos importan grandes cantidades de comida para atender a las necesidades de los turistas, que no siempre se adaptan al producto local. Muchas veces, esos alimentos vienen de otros continentes, generando una amplia huella de carbono cuando lo consumimos.
Así, si queremos viajar de manera sostenible, es recomendable que comamos producto local y de temporada. Nos permitirá, además, descubrir nuevos sabores y formas de entender el mundo, haciendo el viaje mucho más interesante.
Por supuesto, no hay ningún problema si hay algo que no te gusta. Documentándote con antelación, podrás descubrir cuál es la alimentación tradicional del destino y qué cosas cuadran con tus sabores favoritos.
Es normal que si, por ejemplo, no te gusta el picante o no te siente bien, no tomes comida picante, pero eso no tiene que implicar comer un entrecot de ternera en un país donde no se consume carne de ternera como la India, por poner un ejemplo claro.
Además, las frutas y verduras serán más frescas y con más nutrientes si comemos local y de temporada. Esa energía extra nos vendrá genial para disfrutar del viaje.
Colaborar de otras maneras
Por otra parte, hay que señalar que el turismo sostenible no se acaba aquí. Hay un montón de opciones y actividades que podemos seguir no solo para reducir la huella de carbono, sino también para generar un impacto positivo en el lugar al que vamos.
Por ejemplo, siguiendo con los destinos tropicales, es habitual que los hoteles tengan programas de sostenibilidad en el que puedas ayudar a la fauna local o, por ejemplo, participar en una actividad de reforestación con tus propias manos.
La satisfacción que da guardar parte de nuestro tiempo de viaje en hacer algo por el planeta, por los demás y por nosotros mismos es difícilmente comparable a cualquier otra. No solo estamos disfrutando del viaje, también estamos haciendo que importe. Eso es algo que no tiene precio.
Viajar con la agencia adecuada
Por último, también hay que mencionar a la agencia de viajes. Viajar con agencias de viajes especializadas en turismo sostenible nos lo va a poner mucho más fácil.
En primer lugar, nos ayudarán con ese difícil proceso de encontrar vuelos con programas de reducción de huella de carbono o alojamientos sostenibles, pero también porque nos permitirán descubrir opciones que probablemente no conozcamos.
Evitar las masificaciones es otro de los objetivos del turismo responsable y los particulares muchas veces no sabemos cómo hacerlo porque, simplemente, no sabemos qué abanico de opciones hay a nuestra disposición.
Sin embargo, con una agencia especializada, podremos averiguar destinos impensables, con programas para reducir la huella de carbono, tanto a nivel nacional como internacional.
En Nuevos Destinos by Mara tenemos un fuerte compromiso con la sostenibilidad. Te ayudamos a reducir la huella de carbono en tus viajes y te proponemos las mejores opciones, tanto dentro de España como en otros continentes. Consulta con nosotros y viaja de manera más responsable. Te prometemos que no te vas a arrepentir.