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El turismo sostenible está en boca de todos. La llegada de la pandemia fue un antes y un después en la forma de concebir el turismo de masas. Fue un tiempo de reflexionar y descubrir cómo queríamos que fuera el turismo del futuro.
Como especialistas en turismo de lujo, sabemos que el lujo sostenible llevaba tiempo buscando reducir su impacto medioambiental y tener un impacto positivo en las comunidades locales. Sin embargo, el turismo de masas se encontraba dirigiéndose a una tendencia contraria.
Había destinos cada vez más masificados, uniformes y con peores condiciones para la población local. De hecho, conceptos como turismofobia comenzaban a hacerse populares en ciudades turísticas como Venecia, Nueva Orleans, Berlín o Barcelona.
Este fenómeno ya se previó por la Organización Mundial del Turismo (OMT) en la segunda mitad del siglo XX. Es por ello, que para paliarlo comenzó a hablarse de turismo sostenible. No se buscaba viajeros porque sí, sino viajeros que aportaran un valor a los lugares que visitaban.
No se trata únicamente de un valor económico, sino de tener en cuenta su impacto al completo. Se busca que la actividad turística genere más elementos positivos que inconvenientes y se ha convertido en uno de los grandes retos del siglo XXI.
¿Qué es el turismo sostenible?
Según la OMT, el turismo sostenible es aquel que optimiza los recursos medioambientales del destino, respeta y fomenta las culturas locales y distribuye equitativamente la riqueza en sus destinos.
Es decir, un turismo que tiene un impacto positivo en el medio y en las personas, animales y plantas que viven en los lugares que se visitan.
Para ello, hay cada vez más proyectos políticos y turísticos centrados en fomentar el turismo sostenible, como las agencias de viaje especializadas en turismo sostenible.
Un turismo que no emita tantos gases contaminantes a la atmósfera y que en definitiva se pueda mantener en el tiempo.
Y es que esa es la base del concepto de sostenibilidad. Cuando hablamos de sostenibilidad nos referimos a la posibilidad de mantener una actividad con el mismo nivel de bienestar o incluso superior en el tiempo. Sin embargo, tal como iba el turismo de masas, no es posible mantener ese mismo nivel durante las próximas décadas.
Afortunadamente, cada vez hay más opciones de turismo sostenible. Agencias de viajes a medida como la nuestra hacen de la sostenibilidad una de sus características estrella, para que cada vez más viajeros puedan unirse a una tendencia que no solo es recomendable, sino que también es inevitable. Al menos si queremos seguir viviendo en este planeta.
Respetar el medio ambiente
Una de claves del turismo sostenible es el respeto al medioambiente. No solo es importante en el turismo de aventura o de naturaleza, sino también en el urbano, el cultural o el gastronómico.
Se habla de “mantener los procesos ecológicos esenciales y ayudar a conservar la biodiversidad y los recursos naturales”. Solo cuidando el medio ambiente, ofreceremos a los visitantes un espacio digno de visitar, en el que el entorno sea parte del valor.
Es una obviedad, pero sin ecosistema no hay turismo. Solo cuidando el medio tendremos un lugar que merezca la pena conocer, en el que la naturaleza sea parte del atractivo.
Apreciar las culturas autóctonas
Hubo una época en la que las ciudades turísticas se parecían cada vez más entre sí. Las mismas franquicias y grandes multinacionales de restauración y compras, grandes cadenas hoteleras para alojarse e incluso las mismas películas en el cine o musicales en el teatro, por ejemplo.
Afortunadamente, el turismo sostenible está luchando contra esta uniformización que hacía que viajar no tuviese sentido. Si vas a ir a otra ciudad para alojarte en un hotel como el de tu ciudad, comer los mismos platos que en tu ciudad, ver la misma película o comprar en los mismos grandes almacenes, ¿para qué viajar?
Por eso, cada vez es más importante la puesta en valor de los elementos locales. Por ejemplo, si viajas a Sevilla que puedas tomarte un buen solomillo al whisky o un gazpacho, ver un espectáculo de flamenco o disfrutar de los jardines del Alcázar o la Plaza España, elementos únicos que dan valor a la visita.
También puedes ver una película de Marvel y comer en un McDonalds, pero la tendencia está en apreciar aquello que no tenemos en casa. Ir con la mirada abierta y apreciar esos otros elementos culturales que nos hablan sobre el lugar que estamos pisando.
Distribuir la riqueza
No menos importante es la distribución de la riqueza. Es decir, que los beneficios económicos y sociales del turismo se repartan en las sociedades receptoras. Este punto es, de hecho, uno de los que ha supuesto más problemas en los últimos años.
Hay zonas turísticas en las que solo unos pocos han visto estos beneficios y el empleo que se ha generado no ha sido estable ni de calidad. Sin embargo, para que el turismo sostenible funcione es necesario reducir la pobreza en las comunidades locales.
En este punto también entran otros elementos como el acceso a la vivienda, casi imposible en muchos municipios turísticos, lo que termina gentrificando los barrios y expulsando a la población local al extrarradio. Esta es la causa principal de la turismofobia que mencionábamos antes.
Con una distribución correcta de los beneficios del turismo y haciendo que la población local tenga más oportunidades y no menos, el turismo puede mantenerse y transformarse como una fuerza crucial para el siglo XXI.
12 objetivos para el turismo sostenible
Desde el año 2005, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Mundial de Turismo establecieron 12 objetivos específicos para lograr el modelo del turismo sostenible.
Veámoslos uno por uno.
Desarrollo económico
El turismo sostenible tiene que ver viable económicamente. Solo así podrá haber beneficios que se mantengan y crezcan en el tiempo. Tiene que convertirse en un pilar de desarrollo para la comunidad.
Prosperidad local
El turismo debe buscar las mejores fórmulas para orientar y maximizar la contribución del mismo a la prosperidad del destino anfitrión. Es decir, que los beneficios se reciban localmente y no se queden en bolsillos externos.
Calidad del empleo
Los empleos de calidad son la mejor forma de conseguir que el destino anfitrión esté satisfecho con el turismo. Se trata de que haya calidad y que no haya discriminación por raza, género o capacidades especiales.
Equidad social
La equidad social radica en que la distribución de la riqueza se realice de forma equitativa entre toda la población. Es decir, no solo que vaya a parar a personas del destino, sino que todas se vean beneficiadas y no solo unas pocas.
Satisfacción del visitante
La satisfacción del visitante no es menos importante. Si el turista no encuentra el valor en su visita, el turismo no puede funcionar. Para ello debe poder viajar de forma segura y no estar expuesto a ningún tipo de discriminación.
Control local
El control local es también muy relevante. En este caso, hablamos de la responsabilidad en la toma de decisiones. Es decir, que la propia población sea la que decida cómo se gestiona y cuál debe ser el futuro del turismo en su área.
Bienestar de la comunidad
En este punto hablamos de recursos logísticos, infraestructuras y servicios. Las comunidades locales deben tener todos estos servicios para garantizar su bienestar sin poner en peligro su ecosistema.
Riqueza cultural
Respetar y cuidar el patrimonio y la cultura local es también fundamental. Valorar y cuidar aquellos aspectos con carácter distintivo, tanto por su valor artístico como etnológico o histórico ya sea material o inmaterial.
Integridad del ecosistema
En el objetivo de la integridad del ecosistema hallamos la búsqueda del mantenimiento o incluso la mejora de los paisajes naturales, las ciudades y los pueblos. Se busca evitar la degradación del entorno, ya sea urbano, rural o natural.
Diversidad biológica
La conservación de áreas naturales para proteger su diversidad y evitar daños a la naturaleza es igualmente crucial. Aquí entran en juego la aparición de áreas protegidas como los parques naturales o nacionales, así como otras figuras de protección para cuidar el valor biológico.
Eficiencia de los recursos
Cada vez más importante es la búsqueda de la eficiencia energética. Para ello hay que reducir el uso de recursos no renovables y contaminantes y sustituir su uso por recursos naturales renovables como la energía solar, la eólica o la maremotriz.
Pureza ambiental
Por último, hay que hablar de la pureza ambiental. En este objetivo se busca la reducción de la contaminación y la generación del menor número de residuos posibles para afectar lo mínimo al medio ambiente.
Ejemplos de políticas de turismo sostenible
Las políticas de turismo sostenible se dan a diferentes niveles. Podemos encontrar algunas fomentadas por el estado, por los propios hoteles, las agencias de viaje o, incluso, por los mismos turistas.
Como ejemplo de políticas de turismo sostenible fomentadas por el Estado tenemos que hablar de Alemania. En este verano de 2022, el gobierno alemán ha puesto una tarifa plana de 9 euros con los que poder viajar en transporte público por todo el país.
Las ventajas han sido claras. Han conseguido más visitantes y una menor contaminación, reduciendo el número de vehículos privados que congestionaban las ciudades más turísticas.
Como hoteles y alojamientos, más allá de tener buenas condiciones para el personal, hay que señalar la utilización de energía renovable, los programas de fomento del ahorro o las actividades que involucran a la comunidad local.
Por ejemplo, en los mejores hoteles de Japón es habitual que si como clientes decides no lavar un día tus toallas o sábanas, te inviten a un cóctel como incentivo. Así, se evita el desperdicio de agua y la contaminación de los detergentes (y nadie en su casa lava sus sábanas o toallas todos los días).
Como agencias podemos elegir alojamientos que respeten los derechos laborales (hay varias iniciativas a nivel internacional para ver los listados de los incumplidores), cuyos dueños sean locales y no grandes cadenas o elegir opciones fuera del centro para luchar contra la gentrificación, por ejemplo.
Los viajeros pueden elegir viajes personalizados en destinos más cercanos o que tengan un programa de compensación de huella de carbono, alojarse fuera del centro para no contribuir a la gentrificación y, sobre todo, respetar a los lugares que se visitan y no tratar con superioridad a los lugareños.
Hay miles de opciones para mejorar nuestro impacto en las comunidades locales y que el turismo ofrezca riqueza. Solo así podremos seguir viajando muchos años.
Si quieres que te preparemos un viaje sostenible, cuéntanos que te apetece hacer. No te arrepentirás.